Sinitaivas: Historias de Otto el Piloto por jEsuSdA.
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He viajado mucho hasta encontrarlo, y he buscado en cada tienda, he tenido que escoger esperando que fuese de tu agrado y lo he traído, ...,
... he aquí mi preciado regalo.
Cuando queremos obsequiar a alguien que nos importa, casi siempre,
derrochamos empeño en conseguir, junto al regalo, entregar un
poco de luz al corazón y a la mirada de aquel que lo reciba ...
Un regalo, tal vez, sea una excusa con la que intentar hacer feliz a
alguien, una justificación para desearle lo mejor o, tal vez,
una manera sutil de mostrar a otra persona cuánto nos importa
sin tener que descubrirnos del todo ...
Pero a veces las cosas no son tan sencillas ni salen tan bien y, por
desgracia, nuestros regalos no son muy acertados, ni haces muy feliz a
quien lo recibe ni, por supuesto, a nosotros mismos. A veces nuestros
regalos son no deseados ...
Los regalos no deseados con frecuencia producen más tristeza que
felicidad, y esto es así porque cuando regalamos algo especial a
alguien especial, en el fondo siempre intentamos regalar un poco de
felicidad y entusiasmo a esa otra persona. Un poco de felicidad y
entusiasmo de nosotros mismos se pierde al no ser capaces de alegrar a
otros con nuestros regalos ...
Y en el fondo, un poco de felicidad y entusiasmo se pierde cuando nos
regalan algo que no deseamos y nos sentimos mal por todo el esfuerzo
que quien nos obsequia haya tenido que invertir en ese, para nosotros
indiferente, detalle ...
En verdad, quizá no sea para tanto el brindar o recibir un
regalo no deseado, en realidad el detalle es lo que cuenta ... Yo, a
menudo, suelo ver el amor como un regalo, y comprenderéis que,
visto así, cuando el amor resulta un regalo no deseado para
alguien que es especial para nosotros o viceversa, la cosa cambia
bastante ...
Cuando nuestro amor no es aceptado como un regalo o el amor de los
demás hacia nosotros no es un regalo a nuestros ojos, suele
convertirse con frecuencia en algo triste y doloroso ...
Pero pensándolo bien, no creo que acaben nunca los regalos de
todos los bazares, y confío pues en que nunca se nos acabe el
amor que regalamos, porque, aunque quizás de vez en cuando no
nos demos cuenta, tal vez sea cierto aquello de que la intención
es lo que cuenta, y algún día aunque un regalo en
sí no nos haga más felices y entusiastas, puede que
sí nos sintamos alegres al recordar a aquellos que tuvieron el
detalle y la intención de hacernos felices aunque sólo
fuera por un momento ...
¿A quién te vas a regalar hoy?