Sinitaivas: Historias de Otto el Piloto por jEsuSdA.
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Estuve caminando por sitios en los que
jamás mis pies pisaron, y caminé despacio para no llegar
demasiado pronto, ..., y cuando llegué era demasiado tarde...
Entre la gente, entre una mezcla de habilidad y fortuna pude encontrarla...
Podía ver su tierna silueta reflejada en el cristal de la amplia y transparente ventana.
Si mirabas un poco más allá podías ver los grises
edificios de la gris ciudad, y se desparramaban los destellos
producidos por el sol de la tarde al reflejarse en las acristaladas
estructuras. Pero si te detenías un momento, si te fijabas
atentamente e intentabas que tu mirada no fuese más allá
del cristal, podías verla reflejada en él.
Estaba detenida, ojeando algún libro que le resultó
interesante, ..., y yo observando, casi sin darme cuenta, espiando,
porque mi situación me permitía verla sin que tuviera que
girarme hacia su posición.
Por un momento perdí la noción del tiempo, e incluso del
espacio, y no recuerdo cuanto tiempo pude permanecer
observándola, ni recuerdo otra cosa que no fuera ella...
A veces, cuando estamos solos o simplemente cuando no nos sentimos
observados dejamos caer un poco de la armadura con la que nos mostramos
a los demás. Porque todos tenemos nuestra armadura, que nos
sirve para evitar que nos hagan daño y para dar la imagen que
queremos a los demás...
En ocasiones, en contadas ocasiones, perdemos un poco de ella sin
querer, simplemente porque no nos sentimos amenazados, ni nos sentimos
observados por nadie a quien debamos mostrar lo buenos, atractivos,
geniales y simpáticos que somos. Paradójicamente si somos
buenos, atractivos, geniales y simpáticos, lo somos de igual
manera lo demostremos o no, del mismo modo que un árbol lo es
sin necesidad de demostrarlo...
Cuando la vi reflejada en el cristal sentí que había
dejado caer un poco de su armadura, y pude ver un poco más de
ella, de sus gestos, de su mirada, ..., sólo ella, sin intentar
mostrarse ante mí de ninguna forma, sin defenderse de
ningún posible ataque, sin demostrar toda aquella belleza y
sencillez, porque ella es sencilla y bella...
Un momento de descuido y su reflejo desaparece, un poco de armadura para ambos y otra vez juntos...
¿Dejaremos caer nuestros yelmos algún día para cruzar nuestras miradas?